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José Martí y el ALCA (página 2)



Partes: 1, 2

El esquema propuesto del ALCA es una forma restringida
de integración, pues la integración
económica reconoce 5 etapas o formas, de las cuales ocupa
o desarrolla las dos primeras formas: zona preferencial de
comercio (disminución de aranceles entre países
miembros) y área de libre comercio (eliminación de
aranceles). No obstante, de conformidad con documentos a los que
se han tenido acceso, un rasgo importante y previsible es que el
ALCA es la expansión del TLCAN. De todas formas, los
acuerdos propuestos extenderían el alcance del libre
comercio a nuevos sectores sobre la base de las disposiciones de
la OMC. La declaración original para la
constitución del ALCA, suscrita en Miami, en diciembre de
1994, que por cierto, fue secreta hasta julio del 2001,
incluía como principios básicos y objetivos los
siguientes: integración del hemisferio, integración
de mercados de capital, coherencia con la OMC, eliminación
de barreras comerciales arancelarias y no arancelarias,
eliminación de subsidios para exportaciones
agrícolas, eliminación de barreras para las
inversiones extranjeras, marco jurídico para proteger a
inversionistas y sus inversiones, medidas para mejorar las
compras del sector público, nuevas negociaciones para la
inclusión de servicios.

No se incluyen temas de importancia como el medio
ambiente, derechos de los trabajadores, papel del estado y
financiamiento para el desarrollo. Los principios básicos
y objetivos planteados anteriormente están dentro de las
dos formas vistas.

El ALCA tiene como propósito fundamental que
América Latina y el Caribe acepten el libre cambio como
principio sacrosanto. Se trata de defender la libertad de
comercio a ultranza entre todos los países de la
región sin tener en cuenta los intereses de las naciones.
Con la firma del acuerdo, EE.UU persigue una creciente
liberalización comercial y financiera, y esta
política de desregulación económica
permitirá, según dicen, una mayor entrada de
capitales y de progreso técnico, lo que
posibilitará un mayor incremento de la productividad del
trabajo y una reducción de la brecha entre países
desarrollados y subdesarrollados. Asimismo se justifican las
políticas de libre mercado, de economía abierta,
porque beneficiarán a la economía de América
Latina y el Caribe y permitirán una más y eficiente
asignación y utilización de los recursos. Se trata
de eliminar, gracias a la apertura económica de los
países, las barreras que no posibiliten el libre
comercio.

¿Convendría a las naciones de
América Latina y el Caribe participar en el nuevo convite
de EE.UU mediante el ALCA?. ¿Son desinteresadas las
propuestas planteadas por EE.UU o habrá "razones
ocultas"?

Creo se hace necesario, en estos momentos
históricos que viven nuestros países, detenernos en
consultar a Martí y ver que él nos diría de
nuevo para contestar esas preguntas a pesar del tiempo
transcurrido desde 1891, después del análisis que
realizó cuando la Conferencia Monetaria Internacional y si
han cambiado las condiciones que posibiliten acceder a participar
en dicho convite.

  • LA CRÍTICA MARTIANA A LA CONFERENCIA
    MONETARIA DE WASHINGTON Y SU PROYECCIÓN AL
    ALCA.

Ante todo, es necesario partir, de que el país
que convoca al ALCA es EE.UU, la potencia hegemónica, hoy
en día, en lo político, lo económico y lo
militar, la cual aparece con tremendo interés por integrar
a América Latina y el Caribe en un solo mercado. De nuevo
EE.UU intenta, una vez más, la unión
económica del continente, una aspiración que varias
veces se ha malogrado a pesar de los ingentes esfuerzos
realizados por dicha potencia, desde la I Conferencia
Internacional Americana a fines del siglo XIX.

Para contestar esas preguntas hay que reflexionar lo que
Martí le escribía al director del periódico
"La Nación", el 2 de Noviembre de 1889, desde New York,
acerca del Congreso Internacional de Washington, "episodio este
que hirió tan profundamente su sensibilidad
patriótica y su desvelo político hasta alcanzarle
en su escasa resistencia física, para, al final, propiciar
esa obra de genio poético que son los versos
sencillos".

"Jamás, decía Martí, hubo en
América, de la independencia acá, asunto que
requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia,
ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que
los EE.UU, potentes, repletos de productos invendibles, y
determinados a extender sus dominios en América hacen a
las naciones americanas de menos poder…".

"…De la tiranía de España supo
salvarse la América española; y ahora,
después de ver con ojos judiciales los antecedentes,
causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad,
que ha llegado para la América española la hora de
su segunda independencia".

¿Acaso estas palabras de Martí, escritas
en 1889, no guardan plena vigencia en el actual convite que hace
Estados Unidos con el ALCA?. Este asunto del ALCA, que es la
forma en que se expresan los objetivos de EE.UU para
América Latina y el Caribe y que se concentran en una sola
visión estratégica del dominio absoluto sobre la
región, requiere mucho más sensatez, vigilancia y
examen claro y minucioso, que cuando el Congreso Internacional de
Washington y lo confirma un estudio realizado por Richard
Feinberg, actual director del Centro de Estudios sobre la APEC de
la Universidad de California, publicado en 1997: "no deben
existir dudas en las mentes de los líderes de EE.UU que la
Cumbre de Miami (1994) sirvió a los intereses
norteamericanos. Proporcionó el medio—ausente en el
pasado—a través del cual Estados Unidos obtuvo el
apoyo explícito del Hemisferio para muchos de sus
principales objetivos en América Latina. Miami
multilateralizó la agenda establecida por Directiva de
Decisión Presidencial Nº 28 sobre la política
de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe. Las
próximas Cumbres hemisféricas podrían
profundizar en esta promisorias premisas".

En ese sentido Martí nos alerta, cuando dice:
"los peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino
cuando se les puede evitar. Lo primero en política es
aclarar y prever", de tal manera que según él:
"prever es la cualidad esencial, en la constitución y
gobierno de los pueblos." De aquí la unidad de que
"gobernar no es más que prever." ¿Acaso lo
gobiernos de los países latinoamericanos y
caribeños cumplen con estos principios o conceptos
martianos?. Él les deja bien claro que "cuando un pueblo
es invitado a unión por otro, podrá hacerlo con
prisa el estadista ignorante y deslumbrado, podrá
celebrarlo sin juicio la juventud prendada de las bellas ideas,
podrá recibirlo como una merced el político venal o
demente, y glorificarlo con palabras serviles…" y
entonces, ¿qué hará el
que—según Martí—siente en su
corazón la angustia de la patria, el que vigila y
prevé?. Él responde, primero: "ha de inquirir y ha
de decir que elementos componen el carácter del pueblo que
convida y el convidado, y si están predispuestos a la obra
común por antecedentes y hábitos comunes, y si es
probable o no que los elementos temibles del pueblo invitante se
desarrollen en la unión que pretende, con peligro del
invitado;" segundo: "ha de inquirir cuáles son las fuerzas
políticas del país que le convida, y los intereses
de sus partidos, y los intereses de sus hombres, en el momento de
la invitación." Y entonces, "él que resuelva sin
investigar, o desee la unión sin conocer, o la recomiende
por mera frase y deslumbramiento, o la defienda por la poquedad
del alma aldeana, hará mal a América.".
¿Quedará alguna duda de lo que hay que hacer para
servir a América?.

También en la Conferencia Monetaria de las
Repúblicas de América, en mayo de 1891, él
nos llama la atención por el nuevo convite de EE.UU para
tratar la adopción de una moneda común de plata,
cuando dice: "a lo que se ha de estar no es a la forma de las
cosas sino a su espíritu", por tanto, para él "lo
real es lo que importa, no lo aparente" y en ese sentido: "en la
política, lo real es lo que no se ve".

Para Martí "la política es el arte de
cambiar, para el bienestar creciente interior, los factores
opuestos y diversos de un país, y de salvar al país
de la enemistad abierta o la amistad codiciosa de los
demás pueblos".

Por ello, Martí concibe que "los actos
políticos de las repúblicas reales son el resultado
compuesto de los elementos de carácter nacional, de las
necesidades económicas, de las necesidades de los
partidos, de las necesidades de los políticos
directores".

Él decía que a "todo convite entre pueblos
hay que buscarle las razones ocultas. Ningún pueblo hace
nada contra su interés".

Entonces, Martí nos convoca, nos exige buscar
esas "razones ocultas" en el nuevo convite, que a través
del ALCA, pretende realizar EE.UU; nos propone nuevamente,
analizar si existen intereses comunes, porque "si dos naciones no
tienen intereses comunes, no pueden juntarse", ya que "si se
juntan, chocan". En ese sentido, aquello que Martí se dio
cuenta y previó cuando analizaba la Conferencia Monetaria
de las Repúblicas de América en 1891 es lo que, hoy
día, hay que buscar, para encontrar las "razones ocultas"
que nos permitan definir que es el ALCA como unión que nos
proponen los EE.UU.

Nuestros pueblos en esa posible unión con EE.UU a
través del ALCA, seguirían siendo "pueblos menores
que están aún en los vuelcos de la
gestación", y por tanto, no pueden unirse sin peligro con
los que buscan remediar su situación, pero además,
la unión serviría para servirse EE.UU a si
sólo y como dice Martí: "servirse a si sólo,
es un robo".

Martí nos dejó los principios
revolucionarios necesarios para analizar, con toda la profundidad
requerida, la conveniencia o no de unirnos a EE.UU a
través del ALCA, la respuesta nos la dio él en la
crítica analizada. Todo lo planteado anteriormente es la
expresión del latinoamericanismo antimperialista de
Martí que fue desarrollándose gradualmente ante
nuevos hechos históricos. Martí es capaz, ya en
1885, darse cuenta del expansionismo de los Estados Unidos fuera
de sus fronteras, ante su desarrollo imperialista y denuncia los
peligros que entraña para Cuba y América
Latina.

  • LIBRE CAMBIO EN MARTÍ Y LIBRE COMERCIO EN
    EL ALCA. ¿UNA RELACIÓN ANTAGÓNICA O DE
    COINCIDENCIAS?.

Comencemos a analizar algunas ideas de Martí
acerca de su concepción sobre el libre cambio: "el
proteccionismo no aprovecha más que a los fabricantes y
daña a los consumidores. El libre cambio aprovecha a los
consumidores y si daña a alguien, sólo daña
al fabricante. El fabricante es rico y la masa de consumidores es
pobre. Es preferible al bien de esta el daño a aquel". Por
otro lado plantea: "a nadie daña tanto el sistema
proteccionista como a los trabajadores". Martí es ante
todo un librecambista y lo reafirma en muchos de sus escritos,
pero es un librecambista dialéctico que comprende en cada
momento lo que el momento requiere.

Analicemos la concepción martiana acerca del
proteccionismo y el libre cambio:

En un artículo titulado "Proteccionismo y Libre
Cambio" publicado en la Revista Universal, de México, con
fecha 12 de octubre de 1875, Martí expone su
concepción sobre proteccionismo y libre cambio: "las
grandes necesidades se revelan con una insistencia tenaz. Luchan
perpetuamente en la vida social los dos principios generadores,
el de la dominación, todo error, el de la libertad toda
nobleza. En economía política aquel se llama
proteccionismo; este se llama libre cambio".

Martí reafirma su posición librecambista:
"lo que en naturaleza humana se llama sociabilidad en la
naturaleza del derecho se llama reciprocidad, y en la naturaleza
de la economía libre cambio. El libre cambio es la prenda
de amistad entre los pueblos, como las reciprocidades entre ellos
la garantía de la justicia." Planteando además "la
amistad de las naciones se basa en su interés mutuo; por
cuidar cada uno del suyo alimenta el ajeno." Por tanto, "de estas
compensaciones resulta el progreso común".

No obstante, lo planteado anteriormente, en otro
artículo publicado, realiza una defensa al proteccionismo
al expresar: "abandonadas a su esfuerzo propio las industrias
nacionales, fuerza es que presenten en su infancia todos los
caracteres de imperfección que es ley presente aquella que
trabajosa y lentamente se forma. Morirán nuestras
industrias por falta de mercado, nadie comprará lo
imperfecto cuando tiene lo perfecto a mano…". Podríamos
preguntarnos, ¿es Martí un librecambista absoluto o
un proteccionista absoluto?. Ni lo uno ni lo otro, es
sencillamente tener una posición dialéctica en el
análisis, que se reafirma al expresar: "utilísima
es para un país formado la libertad absoluta de comercio;
¿es de la misma manera útil para un país que
se forma?, o cuando dice "el comercio libre es bueno pero
realizado en nuestro país (se refiere a México)
extinguiría en su nacimiento las abandonadas industrias
nacionales".

Lo expresado anteriormente refleja la posición de
Martí acerca del proteccionismo y libre cambio. Estas
ideas son expresión de la relatividad, de la
dialéctica martiana en la aplicación de una u otra
política económica.

Ya en 1875, Martí está convencido de que
para la aplicación del proteccionismo o del libre cambio,
había que tener en cuenta obtener el mayor beneficio
material y social posible; considerar también las
condiciones del país para evitar desigualdades en la
aplicación de políticas económicas, pues, a
países desiguales, políticas desiguales, por las
diferencias en el desarrollo de los mismos.

El problema del proteccionismo y el libre cambio en
Martí, estaban en una muy estrecha relación con el
Estado y las perspectivas del desarrollo industrial en
América Latina, provocando fuertes polémicas en
esos años.

¿Cuál de los dos sistemas debe aplicarse?.
Para responder esta pregunta partiremos de lo que Martí se
preguntaba: "¿cuál de los dos sistemas hace bien
mayor?. ¿Cuál de los dos sistemas aprovecha a mayor
número?". Él responde: "entre el sistema
prohibitivo y el librecambista será mejor naturalmente el
que produzca mayor suma de bienes".

Martí nos enseña que por encima de sus
concepciones económicas está su humanismo, pero
también su pensamiento democrático revolucionario
que expresaba los intereses de las clases y capas populares,
pensamiento que, por otra parte conservará
reinterpretándolos los mejores aportes del liberalismo
anterior". También nos enseña que una u otra
política tiene que tener en cuenta el futuro desarrollo de
las naciones.

Considerando las ideas martianas anteriormente
expuestas, ¿cuál política
seguiríamos?. ¿Libre cambio?, lo que
significaría la unión de América Latina y el
Caribe con el ALCA. ¿Proteccionismo?, lo que
significaría no liberación de los mercados y, por
tanto, no al ALCA.

Por supuesto la situación de desigualdad
económica que tienen los países de América
Latina y el Caribe con respecto a EE.UU y Canadá determina
la no aceptación del acuerdo de libre comercio porque
significa que se aplican preceptos y principios económicos
iguales a países que son desiguales. Ello
determinará la "destrucción de procesos productivos
industriales y agrícolas, de quiebras masivas de empresas,
de mayores niveles de concentración, centralización
y extranjerización de la producción, de aumento de
la economía informal, de disminuir la presencia del Estado
en la elaboración de políticas anticíclicas,
de infraestructura y de bienestar social, pasándose a
subordinarse a los intereses del capital
internacional".

Los años han pasado, pero la situación
planteada por Martí es prácticamente la misma: "las
naciones de América Latina y el Caribe siguen siendo
subdesarrolladas y no podemos esgrimir más la
política de libre cambio planteada por EE.UU. La consigna
entonces: proteccionismo contra los países desarrollados y
libre cambio entre los subdesarrollados, hasta tanto "impere en
el comercio como en la política la paz igual y
culta".

En fin, "el norte revuelto y brutal" nos sigue
despreciando. Entonces, ¿pueden los EE.UU convidar a
Hispanoamérica a una unión sincera y útil
para Hispanoamérica?. ¿Conviene a
Hispanoamérica la unión política y
económica con los EE.UU.?

¡Absolutamente no!, no se puede seguir ofreciendo
la falsa medicina del "libre comercio" a los males de la pobreza,
la inequidad, la exclusión social y la corrupción,
agravados hoy en "Nuestra América" precisamente por la
receta neoliberal que el gobierno de Estados Unidos, las empresas
transnacionales y las instituciones financieras a su servicios
pretenden sobredimensionar y eternizar a través del
ALCA.

¿De qué nos sirve la libertad si las
personas son pobres?. Estamos en el tiempo previsto por
Martí: "en que los árboles se han de poner en fila
para que no pase el gigante de las siete leguas".

CONCLUSIONES

  • 1. Martí nos sigue inspirando y nos
    sigue instruyendo, el análisis de su pensamiento
    universal, y en particular, de su pensamiento
    económico, nos determina la vigencia actual del mismo,
    porque Martí traspasa su época, al pensar con
    toda su alma, pero también sentir con toda su alma,
    pues en él concurren sensibilidad, voluntad e
    inteligencia puestas en función de la
    liberación del hombre y de la solución de los
    problemas sociales. Sus crónicas periodísticas
    acerca de sus concepciones de proteccionismo y libre cambio
    nos demuestran que siguen siendo fuentes de
    inspiración para definir, ahora y siempre, las
    políticas económicas de los países de
    América Latina y el Caribe en función del
    desarrollo económico, político y social y de la
    plena liberación del hombre.

  • 2. Su pensamiento es expresión del
    equilibrio del mundo, tal como lo expresa Hart: "la idea del
    equilibrio en Martí, como toda su cosmovisión,
    se fundamenta en la integridad de los diversos planos de la
    realidad en cuanto ley matriz esencial que rige para la
    naturaleza , el arte, la ciencia, la economía y las
    relaciones sociales". Su pensamiento es característico
    de una sistematicidad constante, con una predicción
    científica, universal, diferenciada y
    casuística de los hechos y fenómenos que
    estudia. Sus análisis sobre proteccionismo y libre
    cambio constituyen ejemplos de lo anteriormente
    expuesto.

  • 3. No es posible llegar al ALCA sin haber
    estudiado y reflexionado las tesis de Martí expuestas
    en sus análisis de la Conferencia Monetaria
    Internacional de Washington de 1891 y sobre el proteccionismo
    y libre cambio. Ellas nos dan la clave de lo que debemos
    hacer si América y el Caribe consideran que ha llegado
    "la hora de declarar su segunda independencia", y por que
    además los Estados Unidos de América siguen
    creyendo "en la necesidad, en el derecho bárbaro, como
    único derecho: "esto será nuestro porque lo
    necesitamos". Creen en la superioridad incontrastable de "la
    raza anglosajona contra la raza latina". Creen en la bajeza
    de la raza negra, que esclavizaron ayer y vejan hoy, y de la
    india, que exterminan. Creen que los pueblos de
    Hispanoamérica están formados, principalmente,
    de indios y de negros".

BIBLIOGRAFÍA GENERAL

Almanza Alonso, R. (1990). En torno al pensamiento
económico de José Martí
. La Habana:
Editorial Ciencias Sociales.

Fernández Retamar, R. (1995). Nuestra
América: cien años y otros acercamientos a
Martí
. La Habana: Editorial Si-Mar s.a.

Hart Dávalos, A. (2004, Enero 28). José
Martí y los desafíos de nuestro tiempo.
Granma.

Huerta, A. (2002). "El ALCA: Política de EUA:
para subordinar y dominar a América Latina". En: Revista
Paradigmas y Utopías. México. No. 3.

Muñoz González, R. (2002). En torno a las
concepciones martianas sobre el desarrollo socioeconómico.
La Habana: Editorial F. Varela.

ONU. CEPAL (1999). La conformación del
ALCA
. México.

 

 

Autor:

Lic. Beatriz Díaz
Rodríguez.

MSc. Tamara Jiménez Padilla

Filial Universitaria Cabaiguán.

Universidad de Sancti Spíritus "José
Martí Pérez".

Partes: 1, 2
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